En estos días se ha publicado el Libro “Repensar el Futuro” elaborado por el Instituto de Análisis Económico y Social (IAES) de la Universidad de Alcalá, y con epilogo de Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Recoge un capítulo sobre “El turismo postpandemia: sostenibilidad, competitividad e innovación”, elaborado por las profesoras: María Jesús Such Devesa, Patricia Aranda Cuéllar, Eva Senra Díaz, y Ana Ramón Rodríguez (Universidades de Alcalá y de Alicante).
En dicho capítulo se hace referencia al modelo DTI y al rol de Segittur en esta etapa de transformación turística.
En el capítulo se analizan los retos a los que se enfrenta el turismo después de la crisis pandémica. Han sido muchas las voces que han aprovechado esta importante recesión experimentada en el sector como consecuencia de la pandemia COVID-19 para reflexionar sobre la sostenibilidad a largo plazo de la dinámica vivida durante los últimos años, basada en encadenar récords de llegadas internacionales, y proponer una nueva hoja de ruta para la actividad, reflexionando sobre dos aspectos claves en su futuro: la sostenibilidad y la digitalización.
Esto es relevante para todos los destinos, pero merece la pena hacer especial mención a aquellos destinos maduros, tanto de nuestro litoral como urbanos –aunque estos últimos con menor dependencia turística–, que han basado la totalidad de su modelo de negocio en el volumen y un excesivo consumo de recursos. Es decir, destinos turísticos que no se habían tenido que enfrentar a la innovación para ganar o, en la mayor parte de los casos, mantener su competitividad turística.
El liderazgo competitivo de España también parece pender de un hilo. Un cambio en los indicadores de competitividad turística del Foro Económico Mundial (WEF) y España pierde la posición de liderazgo. Así ha sucedido al evolucionar desde el Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (TTCI), cuyo ranking de Competitividad Turística ha encabezado España desde 2015, al reciente ranking de acuerdo con el Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo 2021, que permite comparar y medir el comportamiento del sector turístico de los países, posicionando mejor a aquellos que posibilitan un desarrollo sostenible y resiliente del sector que, a su vez, contribuye al desarrollo del país. No en vano el eslogan al presentar el nuevo índice es: “Reconstruyendo para un Futuro Sostenible y Resiliente”. Aunque podrían enumerarse múltiples razones, ya solo por este cambio de indicador es pertinente repensar el modelo. Más todavía desde la perspectiva española que, aun manteniendo su puesto en el podio en este nuevo ranking, desciende a una tercera posición, haciendo saltar las alarmas. Pero la reflexión va más allá.
Entre los desafíos a los que se enfrenta el turismo hoy, el texto aborda la innovación y la digitalización, la economía de plataformas y su importante desarrollo en el sector turístico, a la vez que la necesaria reorientación de la actividad turística como consecuencia del cambio climático y de las lecciones aprendidas tras la pandemia.
El sector turístico ha realizado una incorporación notablemente más lenta de la sostenibilidad en su desempeño, hasta el punto de que la literatura reconoce la existencia de una importante brecha entre los avances teóricos en materia de sostenibilidad por parte del conocimiento turístico frente a las implementaciones prácticas que ha llevado a cabo la industria.
La capacidad de innovación de los destinos se posiciona como un factor de resiliencia clave para hacer frente al reto que se presenta en el sector. Aunque la tecnología sigue siendo entendida como un factor que puede resultar útil para resolver problemas específicos derivados de la crisis, todavía no se comprende de manera sistemática como un aspecto inherente a los sistemas económicos y sociales, con capacidad de sobra para influir a largo plazo en las sociedades. Las tecnologías tradicionalmente han sido comprendidas como medios para estimular a la demanda turística, que en general ha sido la que ha ejercido de fuerza tractora de la actividad. De esta forma, la pandemia ofrece la posibilidad de que la digitalización sea verdaderamente contextualizada y utilizada como fuerza transformadora de la actividad.
En este contexto el modelo Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) juega un rol fundamental en esta pospandemia, para dar respuesta a la recuperación implantando una metodología pionera a nivel mundial, que se centra en incorporar la digitalización y la innovación en los procesos de trabajo siempre al servicio de los objetivos de Sostenibilidad y competitividad en un modelo de gobernanza eficiente, transparente y participativo. Siendo sus cinco ejes de actuación la Gobernanza, la Innovación, la Tecnología, Sostenibilidad y Accesibilidad.