El turismo cultural es una modalidad turística en la que la motivación esencial del visitante es aprender, descubrir, experimentar y consumir los atractivos/productos culturales, materiales e inmateriales, de un destino turístico. En el caso concreto del turismo cultural material, se centra en los aspectos tangibles y físicos de la cultura de una región o lugar. Esto incluye la visita y disfrute de sitios históricos, monumentos, arquitectura, museos, centros históricos y cualquier otro elemento material que refleje la herencia cultural de una comunidad. Desde un enfoque turístico, la relevancia de la oferta cultural material visitable en España es evidente, siendo una de las modalidades turísticas tradicionales por excelencia.
Sin embargo, la complejidad administrativa debida a la distribución competencial de turismo, cultura y patrimonio, así como entre administraciones territoriales, la multiplicidad de actores del ecosistema turístico cultural material (público-privado-tercer sector) y la disparidad de fuentes de información abiertas, encontrables e (in)accesibles con conjuntos de datos tanto estructurados, como (en la mayoría de los casos) no estructurados, supone la situación de partida para la creación del modelo de datos multidimensional de esta modalidad turística.
Metodología desarrollada
La metodología desarrollada ha sido multi-método ya que se han utilizado diversas técnicas cuantitativas y cualitativas para la obtención de resultados. El procedimiento de trabajado ha constado de 5 fases, las cuales están vinculadas a los entregables obligatorios planteados.
Proceso de hibridación para el desarrollo de modelo de datos en el ámbito del Turismo Cultural Material
A partir de una primera versión de indicadores en el ámbito del turismo cultural, se ha definido un modelo de datos inicial (previo análisis por medio de un mapa mental). A partir de este modelo de datos inicial y mediante el uso de las fuentes de datos disponibles, se desarrolla un modelo de datos semántico que itera con la ontología definida por SEGITTUR con el fin de que ese modelo de datos esté alineado con la ontología, además de tener información útil que permita refinar la ontología con conceptos del ámbito del turismo cultural. Finalmente, se deriva un modelo multidimensional híbrido que permita disponer fácilmente de los datos adecuados para la visualización de los indicadores en un cuadro de mandos.
Los indicadores están agrupados por retos, los cuales se dividen a su vez en los dos modelos de medición de impactos planteados, un modelo para el destino (retos del 1 al 7) y otro modelo para cada recurso cultural material visitable (retos del 8 al 10). Cabe resaltar que los indicadores del modelo son instrumentales ya que no se han determinado umbrales.
En la fase de validación del modelo se llevaron a cabo diversos métodos de participación con los actores del ecosistema turístico cultural material. En primer lugar, se concertaron entrevistas individuales con actores institucionales y privados relevantes para validar el modelo de medición y conocer sus fuentes de información. En segundo lugar, se testó el modelo en dos destinos piloto, Salamanca y Albarracín. En ambos destinos se llevaron a cabo entrevistas individuales con los actores relevantes de esta modalidad turística y, posteriormente, se realizó una visita de campo concertando reuniones con ellos para validar el modelo y conocer las fuentes de información.
Principales resultados
De la validación del modelo en los destinos piloto se extrae que el 52% de las fuentes de información son datos descargables en formatos estructurados (CSV, Excel o similar formato) o bien se dispone de un API de acceso o punto de acceso de la web semántica, mientras que el 48% son conjuntos de datos en formatos no estructurados como PDF, HTML o similares. Por ello, se han utilizado técnicas IA para el descubrimiento de los datos no estructurados mediante LLM (Large Language Models) y Word embedding.
En el caso de los recursos culturales materiales visitables, el 83% de las fuentes de datos son datos descargables en formatos estructurados y solo un 17% son de formato no estructurado. Sin embargo, la compartición de las fuentes de información de los RCM visitables es compleja debido a que la propiedad suele residir en gestores privados.
Respecto al modelo de medición del destino y fuentes de información disponibles, se extrae que, debido a la distribución competencial y territorial de las competencias de turismo, cultura y patrimonio, así como de otras áreas vinculadas al turismo cultural material (como por ejemplo, urbanismo y policía administrativa) es necesario la generación de herramientas de gobernanza que ayude a la creación de sinergias para la cooperación, colaboración y cogestión, así como la compartición y combinación de fuentes de información.
Por otra parte, es de suma importancia la digitalización del catálogo de protecciones, el instrumento de ordenación urbanística de ámbito municipal, mediante el cual se determinan aquellos elementos territoriales, espacios o bienes inmuebles que requieren de un régimen de conservación y protección específico. De este modo, se convertiría en la fuente de datos con la información sobre la oferta patrimonial, tipo de protección, propietario y gestor, tipo de uso y evolución de intervenciones. Actualmente, esta información valiosa se encuentra desagregada en diversas fuentes, y en algunos casos no actualizada.
En cuanto al sector turístico-cultural material, es extremadamente importante la sensibilización del tejido empresarial en compartición de datos ya que los gestores del destino necesitan conocer la frecuentación de visitantes diaria o incluso por franjas horarias en los RCM visitables, así como de las visitas guiadas en destino, en concreto en el centro histórico. Obteniendo esta información, se pueden tomar decisiones de redistribución de flujos o limitación de afluencia. Finalmente, es necesario combinar parámetros turísticos con variables ambientales para preservar y conservar los valores excepcionales de nuestros RCM visitables.
Como recomendación a futuro, se propone la fijación de estándares internos para recopilar, almacenar y procesar los datos (gobierno del dato), campañas de sensibilización sobre la compartición de datos y la digitalización de las fuentes de información de las entidades públicas. Por último, y no menos importante, es crucial que todas las fuentes de información sigan los principios FAIR (Findable-Accesible-Interoperable-Reusable), es decir, en lugar de disponer de un informe con los datos agregados, se disponga de los conjuntos de datos en crudo.
