Recientemente leí en www.smarttravel.news un artículo que hacía referencia a un estudio de comScore sobre el comportamiento de los usuarios de smartphones estadounidenses respecto a la descarga y uso de apps.

El estudio resalta varias conclusiones entre las que cabe destacar:

• Que el 49% de los usuarios descargan CERO aplicaciones al mes.

• Que el top 10 de las aplicaciones más usadas está copado por los gigantes de internet.

  

Abundando en el estudio, hay otros datos interesantes:

• Los usuarios que más apps descargan tienden a ubicarlas en carpetas porque no quieren usar más de cuatro pantallas.
• Por otro lado, el 70% de los usuarios tienden a ubicar las apps que más utilizan de forma individual en la primera pantalla a un click de distancia, aunque crece el uso de carpetas.
• Además, 3 de cada 4 usuarios hacen un esfuerzo en personalizar la primera pantalla y llevan a esta las aplicaciones que usan con más frecuencia.
• El 84% de los usuarios de 35 a 54 años y el 94% de los usuarios entre 18 y 34 años usan el smartphone con una sola mano.
• De los usuarios con una sola mano la gran mayoría posiciona las apps que más utiliza al alcance del pulgar.

Todos estos datos nos describen una situación en la que los usuarios descargan pocas aplicaciones, que las que más descargan son las de los grandes operadores, y que son muy selectivos con las apps que más usan, llegando a tener en cuenta el alcance del dedo pulgar para posicionarlas en la primera pantalla.

Ante este escenario, desde el punto de vista de la promoción de destinos, cabe hacerse la pregunta de si compensa seguir desarrollado apps turísticas.

La respuesta es que sí, pero hay que analizar la competencia existente y tomar medidas para contrarrestarla.

En primer lugar, en el momento del diseño y desarrollo, hay que tener en cuenta que la app debe poder ofrecer servicios de valor añadido a los usuarios. Ya no es suficiente con ofrecer los recursos turísticos del destino geolocalizados. Los usuarios deben percibir un valor diferencial en nuestra app que les invite a descargarla. Aquí juegan un papel fundamental los incentivos en forma de descuentos y promociones que puedan redimir en los establecimientos locales, y el uso de tecnologías complementarias como son los beacons, que permiten hacerles llegar los mensajes en el momento y lugar apropiados.

En segundo lugar, es fundamental dar a conocer nuestra app. Hay que promocionar la app en el destino por todos los medios posibles. De lo contrario, nuestra app permanecerá perdida en las stores y los usuarios nunca la conocerán.

En tercer lugar, es importante facilitar su descarga. Si habilitamos puntos de conexión WiFi en las ubicaciones de la publicidad sobre la app, multiplicaremos la posibilidad de que se produzca la descarga.

Por lo tanto, el mensaje es que el esfuerzo no debe limitarse a hacer una buena app de destino, sino que es fundamental hacer una difusión apropiada de la misma en el propio destino.

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