Hoy en día ya no es necesario convencer a nadie de la necesidad de innovar en las organizaciones. La industria turística está al nivel de otros sectores económicos, ya que los distintos actores del sector saben que operan en un escenario en constante cambio y en que todo fluye a una velocidad pasmosa. Lo que es válido hoy seguramente no lo será mañana, por lo tanto hay que saber moverse rápido. En definitiva, innovará el que sabe moverse más rápido que su entorno.
Para innovar necesitamos «tener nuevas ideas» sobre cualquier ámbito, ya sea producto, procesos, organización, comercialización, logística… Algo que puede parecer una obviedad, pero que es necesario evidenciar ya que las ideas no siempre aparecen cuando las necesitamos, por eso es preciso el uso de técnicas y herramientas que nos ayuden a sistematizar el Proceso Creativo para innovar, es decir, la fase previa a la innovación: tener ideas.
Cuando hablamos de tener nuevas ideas para innovar solemos pensar en herramientas como el brainstorming, concentrándonos en la fase de generación de ideas. Pero realmente, el Proceso Creativo para innovar no debe ir mucho más allá de la fase de generación de ideas para garantizar resultados. Todos hemos participado en sesiones de brainstorming y sabemos que, con frecuencia, el resultado final no es del todo satisfactorio. Las razones puede ser muchas: metodologías pobres, baja productividad de las sesiones, las mismas respuestas una y otra vez a nuestros desafíos, pocas ideas implementadas (¿Qué hago yo ahora con todos estos «postit»?
En realidad, la fase de brainstorming no suele aportar valor, y sobretodo, no suele llevar a ideas disruptivas si no se acompaña de otras fases. Para asegurar el éxito en una sesión creativa es decisivo contar con una metodología que trabaje algunas fases antes y después de la generación de ideas.
- Fase 1- Reformular el problema- Para obtener respuestas diferentes hay que hacerse preguntas diferentes
- Fase 2- Generación de ideas -Sobre las nuevas preguntas, en base a diferentes técnicas creativas
- Fase 3- Aterrizaje y pulido de las mejores ideas
- Fase 4- Preparación de la venta de las ideas aterrizadas
Además, es clave incorporar nuevas dinámicas en este tipo de sesiones,con el objetivo de salir de la zona de confort y conseguir pensar de forma más abierta.
En este sentido, se ha demostrado que la incorporación del juego en las dinámicas empresa, aporta resultados muy positivos. El éxito de la gamificación queda confirmado por su progresión: en los próximos años el 25% de los proceso de compañías incluirán gamificación, según un estudio publicado por Deloitte. Y el 50% de las compañías utilizará el juego en sus procesos de innovación, según Gartner, ya que los beneficios de la gamificación son especialmente relevantes en este ámbito. Esto es así porque a través del juego conseguimos actitudes clave para enfocarnos hacia la innovación:
- Jugar desinhibe
- Estimula la creatividad
- Fomenta la actitud emprendedora
- Promueve el trabajo en equipo
- Baja el nivel de prejuicio
Como consecuencia se favorece la obtención de resultados diferentes a los que suelen obtenerse en entornos más «formales», permitiendo mejorar las ideas más disruptivas en vez de matarlas en el primer filtro. Que es justamente lo que necesitamos para innovar.
Silvia Casamitjana
Business Development & Partner- BINNAKLE Innovation Games