El ciberturismo seguro: mucho más que hoteles. Los principales factores (conscientes o inconscientes) del visitante o turista en la elección de un destino son la originalidad de la oferta, su calidad, el precio y la seguridad. La modernización y adaptación del sector turístico al ritmo que marcan estos desafíos es cada vez más, ineludible. Las TIC juegan un rol esencial, para competir, especialmente en los tres primeros factores: originalidad, calidad y precio.
A día de hoy, resulta impensable imaginar la gestión de procesos tan críticos como la realización de reservas hoteleras o vuelos, o las promociones de ofertas sin el soporte de las TIC. De igual manera, el nivel de exigencia digital de los clientes es tal, que las TIC se convierten en un elemento diferenciador de la competencia.
España, como líder mundial del turismo, no vive ajena a dicha realidad. Cada año vemos como la inversión tecnológica en el sector crece más y más. Sin embargo, llegados a este punto, debemos preguntarnos si la inversión tecnológica es suficiente para resolver todos los desafíos que se plantean. La seguridad, el cuarto factor mencionado anteriormente, está dejando de interpretarse únicamente como la protección de la vida, la salud, o la integridad física, psicológica y económica de los visitantes. La exigencia digital, de la cual hablábamos, motiva cada vez más a los visitantes a reflexionar en torno a la seguridad de su información.
Una reflexión más madura nos lleva a pensar que la responsabilidad de la ciberseguridad de la información de los visitantes no recae únicamente en la parte más “visible” del turismo, como suelen ser los alojamientos hoteleros, sino que afecta a toda la cadena de suministro (ya sea tecnológica o no) que compone el sector turístico: agencias de viaje, centrales de reserva, cruceros, aseguradoras, proveedores de tecnología TIC/IOT, etc… incluso FFCCSS. La información sensible que manejan todas las empresas asociadas, supone un activo vital, especialmente la relacionada con los clientes, ya que es codiciada por los ciberdelincuentes. Y sin embargo, la tecnología, per se, no garantiza que la estemos protegiendo adecuadamente.
Es cierto que aún queda un largo camino por recorrer hasta alcanzar el nivel de ciberseguridad que el sector turístico mundial necesita. Pero no es menos cierto que esta ventana de oportunidad que se abre, puede servirle a España para posicionarse no sólo como una referencia de calidad, sino también de ciberseguridad turística. El primer paso, como siempre, es la concienciación sobre una necesidad que es real y que en mayor o menor medida nos afecta a todos.
Country Manager SCASSI Ciberseguridad